
Los del grupo preparan la casa del amigo Marcos para celebrar la Pascua. A pesar del peligro, compran el cordero y la comida necesaria.
Desde el domingo, después de lo del templo, no habíamos vuelto a asomar las orejas por Jerusalén. A Jesús lo buscaban por la ciudad y todos estábamos en peligro. Nuestro amigo Lázaro nos escondió a los doce y a las mujeres en un sótano de su taberna en Betania.