
El 3 de agosto de 2023, en el marco de la J.M.J. el Papa Francisco reflexionó sobre la Iglesia y el necesario cambio de paradigma que plantea el hecho de que “En la Iglesia hay espacio para todos. Y, cuando no lo haya, por favor, hagamos que lo haya; incluso para quien se equivoca, para quién cae, para quien tiene dificultades. ¡Todos, todos, todos!” Casi año y medio después me pregunto si esa curiosa forma tan porteña de inventar verbos que caracterizaba a Francisco no era lo que más esperaba en mi propia historia de fe para aquellos momentos en los que me sentía invitado a dejar de "balconear" ( contemplar desde la ventana, sin implicarse) "primerear" ( tomar la iniciativa, a menudo para referirse a la iniciativa De Dios a la que llamamos revelación) "misericordiar" ( ofrecer misericordia) cariñoterapia, "discipular"
…Quizá uno de los más grandes méritos de Francisco fue buscar cumplir la voluntad De Dios aunque esto le llevara a enfrentarse a sí mismo y eso produjo una conversión, una metanoia en él y en sus hermanos jesuitas. Quizá la vida en la Compañía me preparó para llegar a este momento y confiar en la gracia de Dios que transforma los corazones.
Así, cuando llegó el momento de la elección de León XIV, me encontré en un lugar muy diferente al de aquella primera sorpresa en 2013. Ya no me veía a mí mismo como alguien perfecto ni totalmente convertido, pero la revolución espiritual que había vivido con Francisco me permitió abrazar la elección de León XIV con profunda confianza e inspiración.
La mirada contemplativa y la mística identidad del cristiano, como señalaba Karl Rahner, me ayudaron a ver que León XIV era, efectivamente, el Papa que el mundo de hoy necesita. Con humildad, serenidad y firmeza, confío en que sabrá enfrentar los retos del mundo y de la Iglesia, guiándonos hacia un futuro donde la fe y la compasión iluminen cada vez más nuestra misión en el mundo.