Home
Categories
EXPLORE
True Crime
Comedy
Society & Culture
Business
Sports
History
Music
About Us
Contact Us
Copyright
© 2024 PodJoint
00:00 / 00:00
Sign in

or

Don't have an account?
Sign up
Forgot password
https://is1-ssl.mzstatic.com/image/thumb/Podcasts125/v4/2e/97/27/2e9727e2-dadb-3140-1c36-ec97a88ff3aa/mza_706085650437538914.jpg/600x600bb.jpg
Un Minuto Con Dios
Dr. Rolando D. Aguirre
500 episodes
1 day ago
La oración constante no exige largas horas para cada petición, requiere un corazón disponible en todo momento. Así pues, ancla tu día con pequeñas oraciones que abran espacio al Señor en tus decisiones. Por ejemplo, antes de una reunión di: “Señor, dame sabiduría”. Antes de contestar un mensaje di: “Señor, guarda mi lengua”. Al conducir di: “Señor, cuida mi camino y mis pensamientos”. Además, establece tres pausas de un minuto para agradecer, pedir dirección y recordar un nombre por quien orarás. Por lo tanto, convierte tu respiración en liturgia sencilla: al inhalar confiesa tu necesidad, al exhalar descansa en Su cuidado. Si te distraes, vuelve con mansedumbre; la gracia te sostiene en el regreso. Lleva una lista breve de personas y situaciones y actualízala cada semana para orar con precisión, no con generalidades. De esta manera, tu jornada se vuelve santuario móvil que cultiva la atención a Dios y al prójimo. La constancia humilde abre puertas que la autosuficiencia cierra. En conclusión, la oración breve no es poca oración, es obediencia frecuente que entreteje la presencia de Dios en lo cotidiano. La Biblia dice en Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. (RV1960).
Show more...
Religion & Spirituality
RSS
All content for Un Minuto Con Dios is the property of Dr. Rolando D. Aguirre and is served directly from their servers with no modification, redirects, or rehosting. The podcast is not affiliated with or endorsed by Podjoint in any way.
La oración constante no exige largas horas para cada petición, requiere un corazón disponible en todo momento. Así pues, ancla tu día con pequeñas oraciones que abran espacio al Señor en tus decisiones. Por ejemplo, antes de una reunión di: “Señor, dame sabiduría”. Antes de contestar un mensaje di: “Señor, guarda mi lengua”. Al conducir di: “Señor, cuida mi camino y mis pensamientos”. Además, establece tres pausas de un minuto para agradecer, pedir dirección y recordar un nombre por quien orarás. Por lo tanto, convierte tu respiración en liturgia sencilla: al inhalar confiesa tu necesidad, al exhalar descansa en Su cuidado. Si te distraes, vuelve con mansedumbre; la gracia te sostiene en el regreso. Lleva una lista breve de personas y situaciones y actualízala cada semana para orar con precisión, no con generalidades. De esta manera, tu jornada se vuelve santuario móvil que cultiva la atención a Dios y al prójimo. La constancia humilde abre puertas que la autosuficiencia cierra. En conclusión, la oración breve no es poca oración, es obediencia frecuente que entreteje la presencia de Dios en lo cotidiano. La Biblia dice en Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. (RV1960).
Show more...
Religion & Spirituality
https://i1.sndcdn.com/artworks-w3sSu9iFNyyHHSTA-IrqzPQ-t3000x3000.png
102125-Perdón como decisión
Un Minuto Con Dios
1 minute 29 seconds
2 weeks ago
102125-Perdón como decisión
El perdón no es emoción espontánea; es decisión sostenida. Perdonar no minimiza el daño; renuncia al derecho de venganza y entrega el caso al Juez justo. La herida pide justicia y Dios promete hacerla. Mientras tanto, el corazón perdonado elige obedecer aunque duela. Por lo tanto, empieza orando por quien te ofendió, aun si la voz tiembla. Declara ante Dios tu decisión cada vez que el recuerdo pique. Busca restauración cuando sea posible y seguro. Pon límites claros para proteger lo que todavía sana. El perdón no borra la memoria; desactiva las cadenas. Recuerda que el enemigo desea una prisión interna, pero Cristo ofrece una libertad duradera. Quien perdona se parece a Su Señor. Por lo tanto, haz memoria de Su fidelidad y permite que Él renueve tu ánimo. Da gracias por avances discretos y por las lecciones aprendidas. La Biblia dice en Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros… perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. (RV1960).
Un Minuto Con Dios
La oración constante no exige largas horas para cada petición, requiere un corazón disponible en todo momento. Así pues, ancla tu día con pequeñas oraciones que abran espacio al Señor en tus decisiones. Por ejemplo, antes de una reunión di: “Señor, dame sabiduría”. Antes de contestar un mensaje di: “Señor, guarda mi lengua”. Al conducir di: “Señor, cuida mi camino y mis pensamientos”. Además, establece tres pausas de un minuto para agradecer, pedir dirección y recordar un nombre por quien orarás. Por lo tanto, convierte tu respiración en liturgia sencilla: al inhalar confiesa tu necesidad, al exhalar descansa en Su cuidado. Si te distraes, vuelve con mansedumbre; la gracia te sostiene en el regreso. Lleva una lista breve de personas y situaciones y actualízala cada semana para orar con precisión, no con generalidades. De esta manera, tu jornada se vuelve santuario móvil que cultiva la atención a Dios y al prójimo. La constancia humilde abre puertas que la autosuficiencia cierra. En conclusión, la oración breve no es poca oración, es obediencia frecuente que entreteje la presencia de Dios en lo cotidiano. La Biblia dice en Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. (RV1960).