
¿Por qué un Dios tan grande querría algo de alguien tan pequeño como yo?
¿Vale la pena seguirlo cuando el camino con Él parece más difícil que el resto?
No se trata solo de lo increíble que es Él, sino de lo absurdo y hermoso que es que ese mismo Dios quiera caminar con nosotros, cargar nuestras cargas, llamarnos hijos.
Lo difícil que es ser joven hoy y no ceder al ruido, de lo que cuesta decir “no” cuando todo dice “sí”, y de lo que realmente significa ser libre.
A veces creemos que estamos bien, que somos libres… pero solo estamos esclavizados a lo que creemos controlar.
El camino angosto cuesta, pero la paz que se siente no se compara con nada 🤍✨✨