Rosendo Fregoso llegó a Ciudad Juárez como muchos otros inmigrantes: con esperanza, pero sin certezas. Lo que no sabía es que esta ciudad fronteriza no sería solo su nuevo hogar, sino el lugar donde descubriría su verdadero propósito de vida.

De abogado exitoso a servidor comunitario, su transformación no fue casualidad. Fue el resultado de permitir que la fe guiara cada paso, convirtiendo su experiencia migratoria en un testimonio viviente que hoy inspira a otros. Su historia nos demuestra que cuando dejamos que Dios tome control, incluso los caminos más inciertos se convierten en bendiciones que transforman no solo nuestra vida, sino la de toda una comunidad.

Un episodio que te recordará que la fe verdadera no se queda en palabras, se vive día a día en el servicio hacia otros.