
Los cuentos nos transportan a otros lugares, y este no es la excepción. No es por presumir pero este era uno de los cuentos favoritos que nos contaba la abuela a Dinah y a mi cuando eramos chiquitas, claro que haciamos un poco de trampa por que la abuela nos hacia prometer que nos iba a enseñar los dibujos al final, pensando que para ese momento ya íbamos a estar más que dormidas pero no contaba con nuestra astucia y nos quedabamos despiertas esperando ver los dibujos. Aunque ahora no tienen dibujos así que esperamos que ustedes no hagan trampa ;)
-La Abuela-