
La dulce voz de Dios desea susurrarte al oído las palabras del corazón de Dios. Dios desea hablar a tu mente y corazón, solo aléjate del ruido que agobia tu mente y presta atención a la voz de Dios. Que el ruido que el enemigo genera para que no escuches la voz de Dios no sea tan fuerte como tu anhelo por escucharla.