
En el pasado, los gabinetes de curiosidades, ya fueran fijos o trashumantes, llevaban a los pueblos historias asombrosas de mujeres que parían bestias u hombres que eran enterrados vivos. En el siglo XIX estos espectáculos degeneraron en los 'espectáculos de fenómenos', donde personas con enfermedades aún no clasificadas, eran explotadas y anunciadas como monstruos o eslabones perdidos de la evolución humana. El autor Jan Bondeson repasa en este libro diversos casos que revelan la monstruosidad de la que, en nombre de la ciencia o solo por dinero, es capaz el ser humano.