¨Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES¨.
El poder, señorío y gloria de Jesús lo vemos desde Génesis hasta apocalipsis. Aquel que venció la muerte, el pecado y está sentado a la diestra del Padre nos ama y liberó de nuestros pecados con su sangre (Apocalipsis 1:5). Sin embargo, solo aquellos que reconocen su señorío pueden realmente gozar de los privilegios de tenerle como Rey. En Mateo 21:9 vemos como la gente que le seguía, le aclamaba, diciendo: !!Hosanna al Hijo de David! !!Bendito el que viene en el nombre del Señor! !!Hosanna en las alturas! Las personas que iban detrás y delante de Jesús, las personas que le reconocían en sus mentes y corazones, podían gozase de su entrada triunfal en Jerusalén.
Ese Jesús ahora Glorificado, se está paseando a tu alrededor y solo si le reconoces, puedes realmente gozar de su presencia y autoridad. La biblia misma declara como Jesús siendo el hijo de Dios no pudo hacer muchos milagros por la incredulidad de muchos Mateo 13:58. La Incredulidad pone nuestras circunstancias en medio de Dios y nosotros, la fe pone a Dios en medio de nuestras circunstancias y nosotros.
Así que nuestro corazón para ti hoy es que levantes tu cabeza, fijes tus ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, y permitas que Dios se levante y se establezca como baluarte de verdad en medio de cualquier circunstancia que estés atravesando hoy. Jesús, el Rey de Reyes y Señor de Señores, está tocando la puerta de tu corazón y desea entrar y cenar contigo. Ábrele la puerta de tu corazón hoy y permite que tu Rey te cubra con su poder sanador, redentor y regenerador.