
Nadie dijo que caminar hacia Dios era fácil, es más, es uno de los caminos más difíciles porque consta de renuncias, de sacrificios, de creer y confiar en su divina providencia, de poner primero a Dios antes que a ti mismo… pero quien se atreve a caminar hacia Dios dejando que sea Él quien tome control, su recompensa será ¡La Eternidad!
Pero no tienes que caminar solo, los discípulos caminaron junto a Jesús; por eso rodéate de aquellos que se atreven como tu a remar en un mismo sentido, de aquellos que son capaces de abajarse y de dejar de poner su mirada en sus adversidades para ayudarte a batallar con las tuyas, de aquellos capaces de exhortarte desde el amor y ayudarte a centrarte en el camino.