Confiar en el proceso de la vida no significa rendirse con resignación. Significa aprender a soltar la necesidad de controlar cada detalle, y abrirnos a la posibilidad de que hay algo más grande guiando los pasos: una inteligencia, un ritmo, un orden.
Hay momentos en que las cosas parecen no tener sentido. Pero si miramos hacia atrás, muchas veces notamos que lo que dolía, nos estaba redirigiendo. Lo que se cerró, estaba protegiéndonos. Lo que se perdió, dio espacio para algo nuevo.
El yoga nos invita a vivir desde esa confianza activa: presente, despierta y sin resistencia.