
En la vida hay decisiones trascendentales, entre ellas escoger a qué te quieres dedicar o qué quieres estudiar como profesión.
El corazón es engañoso. Seguir solo nuestro corazón a la hora de tomar una decisión importante nos puede llevar a equivocarnos y caer en la frustración.
La buena noticia es que esto lo podemos evitar si buscamos la sabiduría que viene de Dios. Acompáñanos a descubrir cómo.