
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma. Hebreos 10.39
REFLEXION: Si estamos frente a nuestro «mar Rojo» o nuestro «Jericó», no permitamos que el temor sea el factor que decida qué acción tomaremos. Si el Señor nos trajo hasta aquí, no es para que volvamos atrás, sino para que conquistemos lo que nos mandó a conquistar. No demos lugar al desánimo. Fortalezcámonos en Él y sigamos avanzando con firmeza. La sangre de Jesús nos garantiza la victoria.