
Emilia Ospina, es una madre a quien, hace 12 años le asesinaron a su hijo mayor en las calles de Bogotá mientras caminaba.
Emilita es una mujer llena de amor, bondad, ganas de ayudar y mucha fuerza, pero sobretodo, llena de perdón en su corazón. Una historia que en lo personal me toca el corazón, una historia que nos enseña sobre perdonar lo imperdonable.
Los invito a ayudar a esta fundación JUGGO que Emilia y su familia tienen y que lleva 12 años ayudando a más de 150 jóvenes a salir de las calles para tener un mejor futuro.