
Todo abogado lo sabe:
Más vale un mal acuerdo que un buen juicio.
Pero eventualmente, pleitos haberlos haylos, con clientes extranjeros incluidos.
Una de las cosas que te hará brillar con tus clientes angloparlantes y que hará que te recomienden es cuidar con mimo cada detalle.
Mi propuesta para lograrlo es tener protocolos de actuación para cada momento de interacción con tu cliente que te faciliten la tarea de dar un buen servicio incluso en una segunda lengua (en nuestro caso el inglés).
Y hoy nos vamos a centrar en cómo preparar a los clientes para el a menudo estresante momento de su juicio.
¿Te apuntas a saber qué decir y qué hacer para que tu cliente sepa a qué atenerse el día de la vista?