
El matrimonio fue instituido primeramente en el Jardín del Edén. Es una unión monógama, física, emocional y espiritual entre un hombre y una mujer. Ese es el plan divino (Gn. 2:24).
Desde el principio podemos ver entonces que la disolución del matrimonio no estaba contemplada ni permitida.
Ahora bien, en la Biblia sí vemos que el divorcio es mencionado.
Es por eso que es importante explicar bien la razón por la que este asunto es traído a Moisés, a Jesucristo y aún a Pablo, y reafirmar la posición de Dios sobre el mismo.
Veamos dos apelaciones en el Antiguo Testamento y dos en el Nuevo, para entonces comentar sobre las mismas.