
Este ha sido uno de los temas controversiales a lo largo de los años, y que lamentablemente muchos han respondido de una manera emocional y no a través del análisis bíblico.
Aquellos que crecieron en el catolicismo siempre escucharon que el suicidio era un pecado mortal que enviaba a la persona al infierno irremediablemente.
Para muchos, que han crecido con esa postura, se le hace imposible despojarse de esa idea.
Otros han estudiado el tema y después de haberlo hecho han concluido que ningún cristiano sería capaz de terminar con su vida.
Hay otros que afirman que un cristiano podría cometer suicidio, pero perdería la salvación.
Y aun otros piensan que un cristiano podría cometer suicidio en situaciones extremas, sin que eso conlleve su condenación.
Entonces en esencia tenemos cuatro posturas:
a) Todo el que comete suicidio bajo cualquier circunstancia va al infierno (posición Católica tradicional).
b) Un cristiano nunca llega a cometer suicidio porque Dios lo evitaría.
c) Un cristiano puede cometer suicidio, pero perdería su salvación.
d) Un cristiano puede cometer suicidio sin que necesariamente pierda su salvación.