En Bogotá, un licor clandestino conocido como “Rey de Reyes” se ha convertido en un veneno mortal que circula en calles, bares y zonas de tolerancia. Fabricado con alcohol metílico (metanol) y otras sustancias tóxicas industriales, este aguardiente falsificado ha dejado decenas de muertos y cientos de intoxicados, en especial entre habitantes de calle y personas de escasos recursos. Vendido por apenas 7.000 pesos en botellas recicladas, el Rey de Reyes representa una cadena criminal que mueve millones mientras envenena a los más vulnerables. Los operativos policiales han incautado más de 5.500 botellas y destapado bodegas clandestinas, pero el veneno sigue fluyendo en Bogotá, transformando cada trago en una sentencia de muerte.