
En la década de 1970, una familia en Enfield, al norte de Londres, Inglaterra, afirmó ser víctima de actividad paranormal en su casa. En la casa era frecuente oír golpes en las paredes, voces inexplicables y ver objetos y muebles que se movían solos. Este caso atrajo la atención de los medios de comunicación y a dos de los investigadores paranormales más notables como Maurice Grosse, y Guy Lyon Playfair que proporcionaron testimonios clave y documentaron los eventos.