
Con la reciente “descertificación” de Venezuela, Bolivia y Colombia, el gobierno de Donald Trump reaviva las polémicas en torno a la lucha contra el narcotráfico. Washington revive una estrategia polémica: recortes de ayuda y sanciones financieras para los países que, según su criterio, incumplen acuerdos internacionales. La medida, más que técnica, parece política, y plantea interrogantes sobre los verdaderos intereses detrás de esta renovada ofensiva antidrogas.