
Ese momento en el que te pones las dos manos en la cabeza para echar hacia atrás tu pelo, mirar la situación con los ojos más grandes que los de una caricatura japonesa y más preocupado(a) que si hubieras reprobado el primer parcial del primer semestre… o sea, hay bronca y no es pequeña. Pero cometer errores no es tan malo ¿sabías? En realidad es el momento del mayor aprendizaje, claro, si te das cuenta del valor que tienes ahí. Así que, pásale a lo barrido y ponte cómodo(a), esta vez respira profundo y escucha con apertura. Abrazo grupal.