
En "Puntos Suspensivos", Joaquín Sabina explora una ruptura sentimental con una mezcla de amargura, nostalgia y resignación. La letra tiene una estructura que va relatando escenas de la vida cotidiana después del final de una relación, dando cuenta de cómo la rutina se llena de huellas de ese amor perdido. Desde el inicio, la canción establece que ya no queda esperanza para ese romance, pero las emociones que deja el fin de la relación aún persisten, como los "puntos suspensivos" que simbolizan algo no concluido del todo.