
Es muy importante no llevarse propósitos negativos para el siguiente año porque esos propósitos pueden tener un impacto perjudicial tanto en nuestra mentalidad como en nuestra capacidad para lograr nuestras metas. Los propósitos negativos suelen estar basados en la culpa, el miedo o el auto juicio, lo cual puede generar una sensación de insuficiencia, estrés o ansiedad. Esto, en lugar de motivarnos, puede limitarnos y hacernos sentir que estamos fracasando incluso antes de empezar.