
Hay un mito generalizado de que cuando vas a terapia solo vas a llorar y hablar de lo que te duele o lo que te pone triste. Sentarte en un consultorio para hablar de ti puede ser abrumador e incómodo, y existen muchas maneras de hacerlo más allá de retraumatizarte teniendo una experiencia placentera y benéfica.
Cada que alguien viene conmigo a consulta yo siempre les digo (y les seguiré diciendo): el terapeuta como los zapatos, pruebas hasta que te sientes cómodo y avanzas.
En este capítulo hablo un poco de cómo son las consultas de constelaciones familiares y de la terapia alternativa usando el contacto con el insconsciente. Cuéntame, a ti, ¿cómo te ha ido en terapia?