En general cuando meditamos no nos ponemos objetivos, justamente la práctica meditativa nos invita a salir del afán de conseguir algo. Por eso esta meditación más que tener el objetivo de conciliar el sueño, simplemente es una disposición. No buscamos nada, nos disponemos al descanso.
Puede pasar que cuando nos vamos a descansar nos sentimos como pasados de revoluciones, o tensionados, o bien, pensando en algo del día, o anticipándonos a lo que vendrá mañana. Muchas veces este panorama no nos ayuda a disponernos al descanso.
La práctica meditativa nos invita a percibir lo que hay, reconciliarnos con ello y soltarlo.