
Con sueños, esperanza y una ferviente fe en Dios, desde San Fernando de Apure (Venezuela), Rona Siba, junto a su esposo y sus dos pequeñas hijas en brazos, con un pesado y humilde equipaje terciado sobre su espalda, se atrevió a recorrer cerca de dos mil kilómetros por tierra para llegar a la población venezolana de Puerto Páez, a orillas del río Meta, y así cruzar la frontera fluvial internacional en una estrecha y resquebrajada embarcación durante una soleada mañana del mes de marzo de 2019. Su destino era Puerto Carreño, Vichada.