
Emanciparse de la religión no es abandonar, en este caso, el cristianismo. La comunidad de fe puede ser un ideal con el que nos comprometamos desde la libertad y no desde el sometimiento y la anulación personal, y a veces significa que pasará un tiempo en el que no será necesario o sano volver al sistema porque primero hay que sanar ciertas heridas. Algunas veces eso podrá ser momentáneo, pero le pese a quien le pese, existen muchos casos en los que esa distancia será permanente.