
En este episodio escucharemos a ALICIA, que se flechó ante la mirada sonora de aquel que sabia tocar, con gusto, el ukelele. Con unas miraditas, vibraron como cuerdas afinadas en un amor libre y sin tapujos, un amor de "camaradas", y aunque todo se ejecutaba con jovial armonía, la disonancia hizo presencia cuando Alicia descubrió que aquel amor aparentemente en libertad, la tenia encadenada en sus propios trastes y que además, literalmente, a su intérprete camarada, se lo había capturado una policía, que al parecer frotaba sus cuerdas con cadencias oficiales.
¿Se liberaría Alicia de la apretada emocional que ejecutaron aquellas cuerdas dolorosas? ¿Se cegarían por siempre las miraditas? ¿Pagaría la fianza para sacar al susodicho de los brazos de la policía? Este episodio, en Sinvalentín: Alicia, en el vibrar de las miraditas.