
Los humanos vivimos con la sensación permanente de que algo nos falta. Es algo así como una búsqueda, a veces inalcanzable y por momentos cercana. Y esta búsqueda está dada por la desconexión.
Estamos desconectados de nuestra fuente, de la naturaleza, del entorno. Es así como surge nuestro verdadero trabajo: Retornar a la unidad. Retornar a Dios.