
Cuando no sostenemos nuestra palabra, perdemos credibilidad. Al perder credibilidad, rompemos los vínculos de la confianza. Y romper los vínculos de la confianza, desencadena una serie de relaciones rotas. Pero en el fondo, quien más se rompe... sos vos. Y no te has dado cuenta.
Acompáñame a filosofar sobre algo tan mínimo como es tener palabra, honrar nuestra palabra, ser puntual, cumplir con lo prometido. ¿Es tan difícil? Sí. Pero vale la pena intentarlo y trabajar por ser un hombre, una mujer de palabra.