
El amor de Dios se revela plenamente en Cristo, y es también el llamado más alto para quienes desean seguirle de verdad.
I. La gloria de Cristo revela el corazón del Padre (vv. 31–32)
II. La partida y el consuelo del amor (v. 33)
III. El mandamiento nuevo, la más elevada virtud: amar como Cristo nos amó.