
Cuatro partos, dos cesáreas, un parto vaginal en clínica y hoy, el más soñado de todos: UN PARTO EN AGUA.
Este era un anhelo guardado, uno que pensé ya no viviría… sin embargo, los desafíos de mi salud nos llevaron a reconsiderar esta posibilidad.
Así llegué al agua, sostenida por un equipo que me miró con amor, me escuchó, me sostuvo en cada contracción y en cada emoción.
Sumérgete en algunas intimidades de esta aventura y descubre cómo, a veces, son justamente los obstáculos los que nos empujan —con fuerza y misterio— hacia aquello que el alma siempre soñó.