
A inicios del 2020, el caso del Oso Chucho, un oso de anteojos ubicado en el zoológico de Barranquilla, fue objeto de controversia a nivel nacional. En el 2017, la Corte Suprema de Justicia decidió otorgarle derechos a este animal que se encontraba en cautiverio, pasándolo de una reserva de Manizales al zoológico de Barranquilla. El animal había quedado deprimido luego de que su compañera, una osa llamada Clama, muriera. El proceso consistió en que la Corte Suprema falló a favor de una tutela de Habeas Corpus con el fin de reubicar al animal en un ambiente con "plenas y dignas condiciones de semicautiverio". Las personas que hicieron la petición alegaron que mantener al animal privado de la libertad no presentaba una mejora en su caso, sino que empeoraría sus condiciones de vida y sobre todo, sus derechos fundamentales.