
Ser amado es ser reconocido como existente. ¿Has mirado alguna vez de ese modo a los demás? Cuando los contemplas con la energía de la atención plena, con toda tu presencia, esa energía es muy nutritiva. Es como el agua para una flor. ¡Y es que, del mismo modo que, para vivir, las flores necesitan agua, también las personas a las que amas necesitan tu presencia! Tu presencia es el más valioso de los regalos que puedes ofrecerles.