
¿Has visto alguna vez la inmensidad del cielo estrellado en una noche despejada?
¿O han sentido la fuerza indomable del viento que barre las montañas cercanas?
Imaginen por un instante la historia de este planeta, miles de millones de años girando, evolucionando, mucho antes de que nuestros ancestros siquiera soñaran con erguirse.
Y en este parpadeo cósmico, en esta brevísima existencia de la humanidad, hemos llegado a un punto… un punto donde actuamos como si este regalo colosal, esta maravilla intrincada, fuera simplemente nuestro para tomar, para moldear, para consumir sin medida.