
¿Alguna vez has sentido que tu matrimonio está en pilotoautomático? ¿Que la rutina, el cansancio o las heridas no sanadas han dejado grietas por donde se cuelan las tentaciones?
Hoy, en Santificarnos en pareja, te invitamos a detenerte, respirar y mirar a los ojos a la persona que Dios puso atu lado. Porque el amor no se improvisa… se cultiva.
Inspirados por la fuerza del Espíritu Santo y la ternura de María, vamos a hablar sin miedo, con verdad y con esperanza, sobre un tema que muchos evitan: cómo prevenir una aventura .
No se trata de miedo, se trata de amor. De proteger lo que hemos construido.De blindar nuestro corazón y el de nuestra pareja. De caminar juntos hacia la santidad, no como héroes perfectos, sino como esposos que luchan cada día por amarse mejor.
Acompáñanos en este episodio que puede marcar un antes y un después en tu relación. Porque el amor verdadero no se improvisa… se elige, se cuida y se defiende.
¡Comenzamos!