
Ver Reseña en el Audio de la Oración (1era).
Continuación del Diálogo entre el Papa y el Cura:
La purificación de mi alma continuaba mientras que tú rezabas la tercera oración. Entonces yo vi cómo se abrió el Cielo y pude ver a Jesucristo, Nuestro Señor, a la diestra de Dios Padre. En ese momento, Nuestro Buen Jesús me habló, diciendo: ¡Venid! ¡Todos vuestros pecados ya están perdonados. Entrad y permaneced en el Reino de Mi Padre Celestial para siempre. Amén!
"Con estas palabras, mi alma se separó de mi cuerpo, y los ángeles de Dios me condujeron a la felicidad eterna."
Oyendo estas palabras, el cura exclamó: "¡O Santo Padre! ¡No podré contar estas cosas, porque nadie me creerá!" Enseguida, el fallecido le contestó de esta manera: "En verdad os digo que el Ángel de Dios permanece a mi lado y ha escrito estas oraciones en LETRAS DE ORO, para el consuelo de los pecadores.
Libro de Oraciones La Pieta
Editorial el Relicario