
“Mirar siempre como la primera vez es un acto de humildad y asombro. Es permitir que la vida no se desgaste en la rutina, sino que se renueve con cada mirada, cada experiencia y cada encuentro. Cuando observas con ojos nuevos, redescubres la belleza de lo que parecía común, y lo cotidiano se llena de magia. Haz del asombro un hábito, porque quien vive con curiosidad y gratitud encuentra maravillas en cada rincón, como si el mundo estuviera recién creado para ser disfrutado.”