
En ese episodio, Melissa plantea una pregunta profunda: ¿qué le dirías a Dios si tuvieras la oportunidad de hablar con Él? Utiliza el ejemplo de que no te pondrías a hablar de chismes sobre sus propios hijos, sugiriendo que una conversación con Dios debería ser más significativa. Nos recuerda que, en lugar de enfocarnos en trivialidades, Dios anhela transformar nuestro corazón para que podamos ver las cosas desde su perspectiva, promoviendo una conexión más auténtica y profunda con Él.