
El 6 de marzo de 2025, una visita no planeada al templo Shri Kashi Vishwanath en Varanasi se convirtió en una de las experiencias más inolvidables de mi vida. Sin expectativas, sin investigación previa, vagamos por la ciudad, dejándonos guiar por su energía caótica. Después de una larga búsqueda, finalmente encontramos la entrada al templo, solo para enfrentarnos a obstáculos, dudas y desafíos inesperados.
Desde el miedo a dejar atrás nuestras pertenencias hasta el momento en que un sacerdote inesperadamente nos condujo al interior, cada paso se sintió como una prueba de fe y entrega. Caminando descalzos sobre el suelo ardiente, rodeados por el aroma del incienso y el murmullo incesante de oraciones, sentí algo que va más allá de toda explicación. La sagrada Shiva Linga, en el corazón del templo, irradiaba una energía que las palabras no pueden capturar.
Marcado con ceniza sagrada, adornado con guirnaldas y guiado a un espacio de meditación en silencio, experimenté un momento de quietud absoluta—20 minutos que se sintieron como una eternidad. Cuando finalmente salimos, el caos de Varanasi seguía intacto, pero yo era diferente. Una paz profunda se había instalado en mí, como si hubiera despertado de un sueño.
Esta es la historia de ese viaje una mezcla de duda, fe, entrega y transformación. Un viaje que comenzó como una simple visita y terminó convirtiéndose en algo mucho más grande.