
Colócate en un postura cómoda, quizá te apetezca estar sentado o sentada con la columna recta pero relajada o quizá te apetezca tumbarte. Evita cruzar pies, piernas o brazos. Te invito a cerrar los ojos. A no anclarte a ningún pensamiento, deja que entren y a su vez que salgan de tu mente.
Toma una respiración profunda, llenando todos tus pulmones, visualiza como el aire llega a cada célula de tu cuerpo.
Con cada exhalación vas a dejar todas las preocupaciones del día, siente como cada vez que el aire sale por tus fosas nasales estás más y más relajado.