
En Colombia se está dinamizando el mercado de los bonos de carbono, que ofrece beneficios económicos a cambio del cuidado de selvas y bosques con el fin de combatir el cambio climático y reducir el CO2. Aunque este intercambio suena sencillo, no es un negocio fácil de comprender porque involucra elevados recursos, certificados dados por comunidades cuidadoras de los recursos naturales y grandes potencias que necesitan cumplir sus compromisos de cuidado del ambiente.