
Tras la firma del Acuerdo Final vislumbró la esperanza al norte del Cauca. Pero el ciclo de violencia volvió y arrancó. Los territorios con cultivos de uso ilícito que anteriormente dominaban la antigua guerrilla de las FARC-EP fueron ocupados por grupos armados de diferentes nombres. Los proyectos de sustitución no brotaron como se esperaba. Y la aspersión del glifosato repercute nuevamente como una opción para frenar el aumento de cultivos. El territorio lleva años en un círculo interminable de sustitución, erradicación, fumigación. Las comunidades tienen otro plan.