
Cuando nuestra querida Rosario quiso regalarnos su mejor música y poesía, uno de los caminos que eligió fue el de su pluma. Su obra tiene todo el sentir de esa ciudad, es como que marcara su pulso y es inevitable escucharla y no sentirse recorriéndola y contemplando sus paisajes, esquinas y la majestuosidad del Paraná que la abraza. Protagonista de esa inmensa movida que se originó allá a principios de los 80, la trova Rosarina, es el autor de numerosas canciones que hicieron historia por esos momentos, pero que actualmente mantienen plena vigencia y la mantendrán de manera indefinida, porque fueron hechas con buena madera, para perdurar y porque tienen vida propia y sentimientos que no marchitan. Es una enorme placer presentar como entrevistado de hoy al Sr. Adrián Abonizio.