
¿Alguna vez ha sentido que estás al borde del abismo, que la vida te ha lanzado al rincón más oscuro de la incertidumbre? Es en esos momentos cuando la voz de la desesperación parece susurrar con más fuerza en nuestros oídos, y la tentación de rendirnos se vuelve casi irresistible. Pero déjame decirte, en medio de la tormenta, en el corazón de la adversidad, es donde a menudo Dios se hace más presente.