
El sermón gira en torno a la búsqueda de la felicidad y el bienestar a través de la fe en Cristo, contrastando la felicidad que ofrece el mundo (medida por el PIB o factores externos) con la dicha espiritual descrita en el Salmo 33. Se enfatiza la responsabilidad del cristiano de vivir íntegramente y servir a la comunidad, incluso bajo adversidades, a través del ejemplo de Jesucristo y los apóstoles.