
En el corazón de Barcelona el auge del turismo trajo consigo una oscura red de corrupción que transformó la ciudad vieja en un coto de caza para especuladores sin escrúpulos: la mafia de Ciutat Vella. Una arquitecta municipal, Lourdes Conesa, decidió plantar cara junto a la por entonces concejal del distrito Itziar González. Su lucha la enfrentó a poderosos intereses, a amenazas de muerte y a un sistema que la dejó completamente sola. Esta es la historia de cómo, en España, alertar de un caso de corrupción tiene un precio. Y es muy alto. A veces, los héroes y las heroínas no llevan capa, sino planos, informes y miedo.
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