
Las remesas, esas transferencias de dinero que millones de migrantes envían desde Estados Unidos a sus familias en México y otros países de América Latina, son un pilar económico fundamental para muchas comunidades. Sin embargo, la reciente aprobación de un impuesto del 3.5% a estas transferencias en la Cámara Baja de Estados Unidos, como parte del plan fiscal impulsado por el presidente Donald Trump, ha encendido las alarmas en la región. En un reciente episodio del podcast Replicante, la especialista en temas económicos Cecilia Castro, junto al podcaster Mario Flores, desglosó con detalle este complejo tema, sus implicaciones históricas y los posibles escenarios que se avecinan en las próximas semanas.-Un golpe a las economías familiares y nacionalesEn 2024, México recibió un récord histórico de 64,746 millones de dólares en remesas, de los cuales 62,500 millones provenían de Estados Unidos, representando cerca del 3.5% del PIB nacional. Estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Zacatecas, donde las remesas constituyen más del 10% del PIB estatal, son particularmente vulnerables. Pero México no está solo: a nivel global, solo India supera a México como receptor de remesas, con 129,000 millones de dólares en 2024. Países como Nicaragua (27.2% del PIB), Honduras (25.2%) y Guatemala (19.6%) también dependen fuertemente de estos flujos. El impuesto del 3.5% podría reducir los envíos a México en hasta 2,250 millones de dólares anuales, según estimaciones del Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Esta merma no solo afectará a las familias que dependen de estos recursos para cubrir necesidades básicas, sino que también podría generar una contracción en el consumo y una presión adicional sobre las economías locales. Cecilia Castro destacó que este gravamen es regresivo, ya que castiga desproporcionadamente a las comunidades de menores ingresos, tanto en Estados Unidos como en los países receptores.-Coyotes, paqueteros y el riesgo de canales informalesUno de los puntos más preocupantes abordados por Castro es el posible surgimiento de canales informales para el envío de remesas. La experta advirtió que, ante el aumento de costos por el impuesto, algunos migrantes podrían recurrir a “coyotes” o intermediarios no regulados, lo que abriría la puerta a la participación del crimen organizado. Alternativamente, los servicios de paquetería podrían convertirse en una vía para transportar dinero en efectivo o bienes, como ya ocurre en menor escala. Sin embargo, estas opciones no solo son riesgosas, sino que también podrían reducir la trazabilidad de los flujos financieros, afectando la recaudación fiscal y la estabilidad económica.-El análisis de Castro también subrayó que los migrantes mexicanos, que envían en promedio el 16.7% de sus ingresos a sus familias, tienen cierto margen para absorber el impuesto, a diferencia de otros grupos, como los guatemaltecos, que envían hasta el 45% de sus salarios. No obstante, para los 4 millones de mexicanos indocumentados en Estados Unidos, este gravamen representa una carga adicional que podría empujarlos a buscar alternativas fuera del sistema bancario formal- -