
Hoy quiero hablarte del momento en el que te sientes paralizado, sin rumbo o incómodo… ese punto en el que parece que nada avanza y todo se siente pesado. Quiero que lo veas desde otra perspectiva: ese es el momento exacto donde la vida te está diciendo muévete, pero no desde la prisa, sino desde el compromiso.
La incomodidad es una brújula. No aparece para castigarte, sino para recordarte que hay algo en ti que quiere crecer, que quiere ir más allá de lo conocido. Y sí, sé que duele, sé que hay miedo… pero también sé que cuando accionas desde ahí, te transformas.