
Hay cosas que no admiten dilación. Un “te amo”, no se posterga ni se guarda. El amor, la cercanía con los que amo no esperan. Los te amo que no se dijeron, los vacíos no llenados se quedan en el aire. Por eso no postergar un te amo es entender que los momentos sencillos y cotidianos son los más valiosos.